Nuestro trabajo
La misión de la FOPG es proveer de perros guía a las personas con discapacidad visual que los necesitan para mejorar su autonomía y movilidad. El trabajo de la Fundación para lograr ese objetivo se centra en varias áreas de actividad, esenciales para conseguir un perro guía adiestrado y poder emparejarlo con el usuario más adecuado.
Cría
El programa de Cría de la FOPG es la base sobre la que se asienta todo el trabajo del centro de adiestramiento. Su misión es que los adiestradores puedan disponer de un número de perros suficiente y de la calidad adecuada para ser entrenados y graduados como perros guía. Para ello, la Fundación cuenta con perros reproductores (seleccionados de camadas propias o adquiridos) que han superado unos exigentes controles sanitarios y una evaluación temperamental, con el fin de garantizar la mejor genética para su descendencia.
Las técnicas de reproducción se basan en cruces por monta natural, aunque la FOPG dispone también de un moderno laboratorio que permite la conservación y utilización de semen de reproductores, propios o externos, mediante fecundación por inseminación.
Los perros reproductores viven acogidos por familias voluntarias (cuidadores), que los llevan a la Fundación para pasar los celos, realizar cruces y para las revisiones y partos. Éstos tienen lugar en las perreras del centro, en un bloque específico, bajo supervisión veterinaria. Tras el parto, la madre permanece con la camada durante la lactancia, varias semanas, antes de volver con la familia cuidadora. El cuidado de los cachorros en sus dos primeros meses de vida requiere atención constante e incluye un programa de estimulación temprana, que los prepara para el contacto con el mundo exterior, así como un test estandarizado de comportamiento que registra los principales indicadores temperamentales del cachorro.
Sociabilización de cachorros
El programa de Cachorros de la FOPG trata de obtener la mayor adaptación de los perros, entre los dos y los catorce meses de edad, a todo tipo de entornos y situaciones, garantizando un comportamiento social adecuado en todo momento y una obediencia básica que facilite su posterior adiestramiento. El instrumento para lograrlo es el acogimiento del cachorro en una familia educadora. Los educadores de cachorros son personas que colaboran voluntariamente con la FOPG, asumiendo durante unos 12 meses la atención y cuidado del perro, con el apoyo de un Supervisor de cachorros de la Fundación y con los gastos a cargo de ésta. Se comprometen a seguir las pautas indicadas para la educación del perro, a llevarlo consigo a todo tipo de entornos sociales y a traerlo a nuestras instalaciones para los controles veterinarios y vacunaciones. Los educadores de cachorros tienen reconocido el mismo derecho de acceso al entorno que los usuarios de perro guía en la Comunidad de Madrid, lo que permite que desarrollen su labor entrando con él a todo tipo de establecimientos y transportes.
Para ser educador de cachorros es necesario residir en la Comunidad de Madrid, tener disponibilidad para traer al perro a las instalaciones de la FOPG para revisiones y vacunaciones, así como que el cachorro no pase sólo más de dos horas al día. Si estás interesado en esta forma de colaborar con la FOPG, puedes acceder directamente a nuestra sección Educa un cachorro y enviarnos tu solicitud.
Durante la última etapa de su acogimiento el perro es sometido a controles radiológicos de displasia de cadera, codo y hombro. Si no supera este filtro sanitario, es declarado como no apto para pasar a la fase de adiestramiento. En ese caso, se ofrece en adopción a sus educadores y, si no se quedan con él, la FOPG le buscará otra familia que lo recibirá gratuitamente como animal de compañía.
Adiestramiento
Si el perro supera los controles sanitarios, con unos catorce meses finaliza su etapa de educación en familia y da comienzo su adiestramiento técnico como perro guía. Ingresa en las instalaciones de la Fundación y es asignado a un entrenador o instructor. La fase de adiestramiento da comienzo con una valoración inicial, la adaptación al material de guía y un test de principio de entrenamiento, continúa con la etapa de entrenamiento temprano (en la que se refuerza su obediencia y se le introduce en las habilidades básicas de trabajo, como posición de guía, reconocimiento de bordillos y escaleras, evitación de obstáculos, tráfico, etc.) y concluye con la de entrenamiento avanzado, en la que el instructor refuerza y perfecciona el trabajo del perro hasta que éste queda listo para ser emparejado con su usuario. Durante esta fase el perro permanece albergado en un bloque de perros en entrenamiento, en el que comparte perrera con los compañeros que están siendo adiestrados por el mismo técnico.
El adiestramiento se lleva a cabo esencialmente a través del trabajo diario en entornos reales (vías públicas, transportes, centros comerciales...) y empleando técnicas de entrenamiento en positivo, premiando los logros y el progreso del aprendizaje. La duración de la fase de adiestramiento oscila entre los cuatro y los ocho meses, en función del propio ritmo de aprendizaje del perro y de la programación del trabajo del instructor, que debe compaginar el adiestramiento de sus perros con la realización de cursos de usuario y la supervisión de las unidades graduadas de las que es responsable.
Selección y formación de usuarios
Una vez que el perro ha adquirido todas las habilidades precisas para guiar con seguridad a una persona ciega, su instructor selecciona al candidato más adecuado, buscando que las características del perro complementen las concretas necesidades del solicitante elegido. En esta elección se toman como base los informes emitidos por los profesionales de la ONCE en el proceso de solicitud del perro guía, que permiten al instructor hacerse una idea muy precisa de aspectos tan relevantes como la velocidad a la que el solicitante camina, su capacidad de orientación, el tipo de entorno laboral, familiar y social, los recorridos más habituales que realiza, etc.
Seleccionado el solicitante de perro guía más adecuado para ser emparejado con el perro adiestrado, se le convoca para realizar el curso de usuario. En él, el instructor le enseñará todo lo necesario para que aprenda a utilizar el perro, en un programa de formación eminentemente práctico, que incluye también la educación en los cuidados que el perro requiere y la información sobre los aspectos legales y trámites administrativos. Aunque en ocasiones se realiza un curso domiciliario en la localidad de residencia del solicitante, normalmente, la formación tiene carácter residencial, por lo que el mismo acude a las instalaciones de la Fundación y se incorpora a un grupo de alumnos bajo la dirección de un instructor. Habitualmente estos cursos reúnen a los alumnos de varios instructores, que comparten formación y vida de estudiantes durante unas dos o tres semanas en la residencia de la FOPG. Finalizada la fase residencial del curso, la formación concluye con un seguimiento en el que el instructor verifica en el entorno cotidiano del usuario que la unidad formada funciona correctamente. Si el alumno supera este programa de formación, se convierte en usuario de perro guía, suscribiendo con la Fundación, que sigue siendo propietaria del perro, un contrato de uso del mismo.
Supervisión y asesoramiento
El trabajo de la Fundación no concluye con la graduación de la unidad y la entrega del perro a su usuario. La FOPG asume también la supervisión del correcto funcionamiento de esa unidad durante su vida útil, a través del control y seguimiento técnico que realizan sus instructores. Si se detectan incidencias en el trabajo del perro guía, se realiza un seguimiento presencial de la unidad y, en caso necesario, se procede a un reciclaje del perro, reentrenando determinadas habilidades o reforzando al usuario en el correcto manejo del mismo. Además de ello, la Fundación ofrece apoyo y asesoramiento a sus usuarios en aspectos concretos del cuidado y alimentación del perro, facilitando el acceso a los proveedores de alimento con tarifas y condiciones especiales. Por último, el usuario de perro guía cuenta con el asesoramiento de la FOPG para la defensa de su derecho de acceso al entorno, la realización de trámites de registro y acreditación del perro o en los desplazamientos al extranjero.
Difusión
Entre los fines de la FOPG se encuentra también la difusión de la figura del perro guía, que se dirige esencialmente a dar a conocer a la sociedad en general y, en particular, a aquellos sectores más sensibles, el derecho de acceso legalmente reconocido a los usuarios de perro guía. Esta difusión se realiza a través de exhibiciones, charlas o encuentros, pero también mediante las visitas al centro de adiestramiento, las campañas informativas dirigidas a colectivos concretos o los contactos con Administraciones Públicas. En tal sentido, y directamente relacionada con esta función, la Fundación ha asumido un relevante papel como interlocutor de los poderes públicos en la regulación de ese derecho de acceso, orientando y asesorando a Gobiernos y Parlamentos autonómicos en las reformas legales que afectan al uso de perro guía o perro de asistencia.
En el año 2018 la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid concedió a la FOPG una subvención de casi 27.000 euros en la convocatoria para proyectos de interés general con cargo al 0,7% del IRPF. El proyecto subvencionado ha s ido el programa de adiestramiento y entrega directa de perros guía, contribuyendo esta subvención a financiar los gastos de este programa realizados en el ejercicio 2019.